Padres

 



¿Por qué es importante que los niños hagan deporte?

Nuevos estudios e investigaciones corroboran lo que no se cansan de decir los médicos: el deporte es beneficioso para la salud, protege contra el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, obesidad, hipertensión e, incluso, diversos tipos de cáncer. Entonces, ¿por qué a pesar de tener esta información muchos niños siguen padeciendo obesidad y dejan a un lado los hábitos de vida saludables?
Una buena parte de la respuesta a esta pregunta está relacionada con los hábitos adquiridos durante la infancia. Así, niños que nunca practicaron con disciplina una actividad física tienen más probabilidades de convertirse en adultos sedentarios. El deporte es un hábito que, como cualquier otro, hay que inculcar desde edades tempranas; eso sí, con los estímulos y la supervisión adecuadas.
Se recomienda tener en cuenta para que los niños saquen el máximo provecho de cualquier práctica deportiva:
Es fundamental potenciar la función lúdica del deporte para los niños. No debe imponerse y la actividad escogida debe ser de su agrado y estar adaptada a su edad y estado físico. Más adelante, y en función de los logros alcanzados se podrá ir avanzando, siempre de forma gradual y supervisada.


El sueño reparador es fundamental para el correcto crecimiento y el desarrollo de niños y adolescentes: “se recomiendan al menos 7-8 horas de sueño en estas edades”.
Algunos deportes requieren su inicio a edades muy tempranas, “es el caso de la gimnasia deportiva, el patinaje artístico, los saltos de trampolín, en general todos aquellos que requieran una gran destreza técnica además de buenas cualidades físicas”.
Se debe tener en cuenta que, se calcula que son necesarios 10 años de práctica constante, para lograr la excelencia en muchos deportes.
Los niños que mantienen una actividad física regular, tienen mejor integración social y menos riesgo de adquirir hábitos poco saludables (como el consumo de alcohol y tabaco).
El deporte en los niños y adolescentes favorece el correcto desarrollo de sistemas fisiológicos, como el cardiovascular y el pulmonar, así como el fortalecimiento del sistema músculo esquelético.
Así que… ¡ANIMAROS!



 



Consejos para prevenir el fracaso escolar


 

 

Si el niño no consigue los objetivos escolares propuestos para su nivel y para su edad, se  da el fracaso escolar.

Para que esto no ocurra, la familia debe de interesarse, ayudar y apoyar al niño en todo lo que necesite. Enseñarle a administrar el tiempo de estudio y así crearle una rutina o hábitos de estudios.


Aspectos para prevenir el fracaso:

             O     Aceptar que tiene dificultades.
O     Se le quiere por el mismo.
O     No hacerle sus deberes.
O     Potenciar confianza en si mismo.
O     No compararle con otros miembros.
O     Ser coherente.
O     No dar mensajes negativos, alabar sus logros .Transmitirle confianza y seguridad.
O     No amenazar con castigo.
O     Llevar hábitos de estudios
O     No poner metas altas.
O     Reunirse con los profesores.
O     Plantar apoyo psicopedagógico.

Estrategias útiles

Motivarles y darles confianza en sus capacidades favoreciendo el desarrollo de valores como:
       satisfacción por el trabajo realizado.
       superación personal.
       autonomía.

Las familias pueden encontrar un apoyo en los centros educativos, cuya función principal reside en:

O     Dotar a los niños de conocimientos básicos.
O     Enseñar a trabajar con destrezas que se utilizarán en el futuro.
O     Transmitir valores.
O     Favorecer el desarrollo de capacidades e intereses.
O     Mejorar la convivencia entre niños.

En consecuencia, tanto el profesorado como los padres desempeñan el papel fundamental de atención y refuerzo del alumno.

 

 

 

 

 

Consejos para superar los miedos de los niños por la noche

Existen algunas recomendaciones para lograr que desaparezcan los miedos de los niños por la noche y los terrores nocturnos que los provocan para devolver pronto la tranquilidad a niños y padres.
1) Se dice que organizar una rutina donde el niño pueda dormir y descansar más horas ayuda. 
2) Es recomendable que el niño tome un baño antes de acostarse. Si el niño es pequeño podemos realizar un masaje después del baño para ejercitar los brazos, las piernas y la espalda. 
3) Estar preparado para acompañarlo en sus crisis sin tratar de despertarlo bruscamente, sólo sentarse para abrazarlo hablarle suave y acariciarlo.
El hacer de estas actividades una rutina permite que el sistema nervioso se relaje mientras madura en la nueva situación y logra estabilizar de nuevo un sueño normal, tranquilo y reparador. 
La presencia de terrores nocturnos en los niños debe ser tratada con calma por los padres para que no trasmitan más estrés a sus hijos, empeorando la situación. Sería difícil para un pequeño, si su sueño está siendo trastornado, tener que estar pendiente del estrés de sus padres.
 Los miedos de los niños por la noche,  sumados a la preocupación por la salud de su hijo, hacen que los padres tengan que atender las crisis de sus hijos, la cotidianidad de la vida y su propia salud emocional. Lo bueno es que esta suele ser sólo una etapa corta.

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