EL PAÍS, María Hervás Madrid 11 MAR 2014 -
18:48 CET1
El sonido de
la campana del recreo del colegio Gaudem se entremezcla con los gritos de los
niños oyentes y los gestos de los niños sordos. Tanto unos como otros comparten
confidencias y aulas en este centro educativo concertado adaptado para los niños
con discapacidad auditiva. Desde que los pequeños se matriculan en el centro y
hasta que llegan a secundaria, el lenguaje de signos es una asignatura
obligatoria. “Queríamos crear una escuela inclusiva donde los niños sordos
pudieran matricularse en enseñanza ordinaria junto a los oyentes y que los que
necesitaran más apoyo y rehabilitación pudieran cursar la modalidad especial,
es decir, la Educación Básica Obligatoria (EBO)”, explica Mercedes Paúl,
directora del centro.
El colegio, además de ser bilingüe en lengua
castellana y de signos, lo es también en lengua inglesa. Los niños sordos con
implantes aprenden inglés oral y escrito. Además, todos los niños con problemas
auditivos tienen sus horas semanales de logopedia.
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