miércoles, 28 de mayo de 2014

ADOPCIÓN



Cada familia manifiesta unos rasgos específicos que les hace diferenciarse del resto. En el caso de las familias adoptivas las diferencias entre ellas mismas pueden ser más acusadas si tenemos en cuenta tanto la motivación que lleva a la adopción, las características de quienes adoptan y de quienes son adoptados, así como por la dinámica de las relaciones que se establecen en su interior.

Será conveniente

-Trabajar la historia personal: es muy importante para el desarrollo del sentimiento de identidad personal y de su ajuste psicológico. Las familias deben ser conscientes de que si no revelan sus orígenes a sus hijos e hijas es muy posible que lo descubran accidentalmente minando el sentimiento de confianza dentro del sistema familiar. 

-Hablar de su adopción con naturalidad y de forma adecuada a su edad (comenzar entre los dos y los tres años). 

-Permitir un espacio emocional positivo en la vida del niño o niña para su familia de origen: permitir que hable de ellos, que exprese sus emociones de manera natural y ayudarle a regularlas. 

-Evitar los prejuicios y reproches relativos a su familia de origen: no es conveniente insistir en los aspectos negativos de la familia de origen. 

-Comprender que el niño o niña pueda sentirse avergonzado o dolido por haber sido abandonado. Facilitar la expresión de estos sentimientos. 

-Facilitar el sentimiento de pertenencia a la familia: que sienta que su nueva familia se mantendrá a su lado de manera incondicional. 

-Facilitar el ajuste con sus nuevos hermanos y hermanas (cuando los haya). 

-Evitar la sobreprotección: es bueno exigirles un cierto nivel de responsabilidad y de fomento de la autonomía adecuados a su edad y nivel de desarrollo. 

-No utilizar la condición de adoptado como “cajón de sastre” explicativo de cualquier problema que pueda presentar. 

-En aquellos casos en los que ha habido deprivaciones intensas conviene diagnosticarlas adecuadamente y apoyar su recuperación con un programa realista de estimulación. 

-Facilitar la comunicación con otras familias que tienen una situación similar ya que puede resultar satisfactoria y puede facilitar la búsqueda de recursos de diverso tipo para apoyar el proceso de crianza. 

-Los niños y las niñas necesitan tiempo para manejar sus incertidumbres y sus sentimientos. Un apego sólido y estable no se construye en unos días, ni en pocas semanas. La mayoría de los niños y las niñas adoptados evolucionan bien en sus relaciones de apego y se adaptan bien a su familia. El grado de dificultad variará en función de lo difíciles que hayan sido las experiencias vividas antes de la adopción.

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