miércoles, 28 de mayo de 2014

CELOS

Los celos con los/las hermanos/as suponen que el/la niño/a cree perder lo que piensa que ha tenido. También existen los celos con envidia que sería querer conseguir lo que el niño cree no tener porque lo tiene el otro.
Hay padres y madres que consideran “malo” que el/la niño/a sienta celos pero hay que saber que los celos son universales, es decir, forman parte de las características del ser humano y que desaparecerán cuando con el paso del tiempo comprueban que no hay motivos.

Para que la inquietud del niño/a dure lo menos posible es adecuado hablar sobre estos sentimientos. Hablar supone que los/las niños/as son conscientes de lo que les está pasando y que también tienen confianza en que sus padres y madres podrán ayudarles. Además, tendrá un efecto relajante al saber que no son los únicos a los que les ocurre algo así.

Los celos se pueden manifestar de las siguientes maneras:
-Rivalidad abierta: se manifiesta de forma verbal hacia el/ otro: “no quiero al hermanito/a”, “quiero que te lo/la lleves”, etc.
-Actuaciones agresivas hacia el bebé: de la palabra se pasa a la acción: el niño/a le quita los juguetes a su hermano/a, le tapa la nariz, etc.
-Hostilidad hacia el padre y la madre: con formas de actuación que saben que molestan: “desobedecer”, “oposición sistemática hacia lo que se le pide”, etc.
-Mostrar comportamientos más infantiles: “ponme el chupete”, “hablan como si fueran más pequeños”, etc.

ESTRATEGIAS

Ayuda:
Enseñarles a pedir las cosas por favor, a dar las gracias y a pedir perdón a su hermano/a.
Darles la seguridad de que todos/as los/las hermanos/as son queridos: mostrar afecto por medio de caricias, gestos, palabras amables...
Fomentar el juego entre los hermanos y con los padres.
No dar excesiva importancia a la conducta de celos.
Promover un clima de calma en la casa.
Respetar la autoridad de los padres y madres y admitir los límites establecidos en la familia.
Estimular a los hijos e hijas para que expresen lo que sienten con libertad y puedan compartir tristezas y alegrías.

No ayuda:
Gritar y descalificar.
Las atenciones y dedicaciones excesivas.
Privilegios de unos/as hijos/as frente a los otros.
Comparaciones entre los/las diferentes hijos/as.
Reírse ante conductas inadecuadas.

Que e/lal hijo/a mayor asuma todo el tiempo la responsabilidad del cuidado del hijo/a menor.

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